Lo que ocurre cuando no se merienda

19.07.2013 10:20

Cuando trabajamos de forma intensa, ya sea física o intelectualmente, necesitamos un aporte de energía extra por la tarde.

En España son habituales los horarios tardíos, tanto para el almuerzo como para la cena. Por ello, puede intentar aguantar sin comer nada desde una comida que termine a las 15 ó 15:30 hasta una cena que empiece a las 21:30.

Sin embargo, con el tiempo se dará cuenta que:

·                         Tiende a comer cada vez más cantidad al mediodía en previsión del largo periodo de ayuno que se avecina; el resultado es que se pasará la primera parte de la tarde con sueño y se arriesga a ganar unos kilos.

·                         Llegará hambriento a la cena, lo que le hará comer mucho más, lo que resulta perjudicial justo antes de acostarse; si además ocurre cualquier imprevisto que retrase la hora de sentarse a la mesa, se arriesga a devorar cualquier otra cosa y acabará comiendo más de lo que realmente necesita.

Además, si es usted quien prepara la cena, la vista y el olor de la comida le supondrán un verdadero suplicio. Aguantar las ganas de probar una y otra vez los platos será casi tarea imposible. Pero la peor de las tentaciones (realmente creo que es algo inevitable) concierne a los padres que dan de cenar a sus hijos antes de cenar ellos mismos. Hay que tener un gran autocontrol para resistirse a tomar una tapita, después otra, luego comerse algo que un hijo se ha dejado en el plato… antes de pasar a la mesa por segunda vez y cenar “de verdad”.

Esta forma de proceder desde luego no es recomendable.