El aceite de palma y sus múltiples consecuencias.

01.06.2013 19:53

El aceite de palma se obtiene del fruto de la palma (Elais guineensis), cuyo cultivo se ha extendido por todas las regiones tropicales del mundo, y es el de mayor producción, sólo superado por el de soja.

Muy utilizado en la cocina africana y asiática, este aceite es uno de los favoritos de las grandes empresas europeas, que por sus bajos costos lo utilizan tanto en los alimentos como en la fabricación de cosméticos y biocombustibles. Paradójicamente, el aceite de palma es poco accesible para las poblaciones de las regiones productoras. “Es un verdadero problema porque las personas autóctonas necesitan esta fuente de materia grasa. Como no lo consumen en exceso el impacto sobre la salud es menor, sobre todo porque además tienen una dieta rica en verduras y pobre en carnes y en otras fuentes de ácidos grasos saturados”, declara Laurent Chevallier, médico nutricionista y autor del libro “Les 100 meilleurs aliments pour votre santé y la planète” (Los 100 mejores alimentos para tu salud y el planeta).

 

Un aceite vegetal rico en ácidos grasos saturados

En lugar de preguntarnos dónde se esconde el aceite de palma deberíamos preguntarnos dónde no se esconde. Y es que se trata de un ingrediente presente en infinidad de productos: platos preparados, patatas fritas, cereales, masas de tartas, repostería… “De acuerdo con los aportes nutricionales aconsejados, los ácidos grasos saturados no deberían representar más del 25% de nuestra alimentación cotidiana. Pero como este aceite es muy utilizado en la preparación de platos industriales, la mayoría de las personas de los países occidentales recibe un aporte excesivo de ácidos grasos saturados”, apunta Chevallier.

 

Consumido en grandes cantidades, el aceite de palma puede aumentar los índices de colesterol “malo” en la sangre y propiciar problemas cardiovasculares, ya que es muy rico en ácidos grasos saturados, ¡más que la manteca de cerdo!”, señala el experto. En cuanto a los que evocan su alto contenido en vitamina E, hay que saber que el aceite de palma, tal y como lo consumimos en Europa, pierde lo esencial de sus vitaminas durante el refinado.

Un buen consumidor es un consumidor prevenido

Es difícil encontrar la mención “aceite de palma” en las etiquetas de los productos industriales ya que las marcas prefieren decir “aceite vegetal”. En general, cuando no se precisa el tipo de aceite vegetal utilizado hay espacio para pensar que proviene de la palma.

Pero, ojo, porque los alimentos certificados como biológicos también pueden contenerlo, sobre todo las masas para tartas.

 

Pero si el aceite de palma es malo para nuestra salud, es todavía mucho peor para la salud de nuestro planeta. La selva tropical está desapareciendo a gran velocidad en el mundo para instalar sobre sus desolados campos gigantescas plantaciones de palma aceitera. Con ellas, especies en peligro de extinción como los orangutanes también desaparecen.

El aceite de palma procedente de la deforestación se vende a corporaciones multinacionales como Unilever, Nestlé y Procter & Gamble, y a otras grandes marcas de la alimentación, cosmética y biocombustibles, de acuerdo con las denuncias presentadas por Greenpeace.

Como nos recuerdan desde Ecologistas en Acción, más de 200 organizaciones, redes y movimientos sociales de 41 países han denunciado ya, en una “Declaración Internacional”, la producción industrial del aceite de palma en los países tropicales.

Sin embargo, el posicionamiento frente a las grandes multinacionales que controlan el mercado es extremadamente peligroso. Y no es una exageración. La semana pasada uno de los promotores en Colombia de esta declaración, Walberto Hoyos Rivas, fue asesinado por pistoleros paramilitares en el territorio colectivo del Curvaradó, al norte del país.

En la región donde Hoyos Rivas ha muerto, el negocio con el aceite de palma ha significado el despojo con violencia de tierras colectivas de comunidades negras, así como la constitución de 13 empresas del sector palmero vinculadas al paramilitarismo. Su asesinato se suma a los 140 crímenes contra estas comunidades y 13 desplazamientos forzados, según ha explicado Henry Ramírez Soler, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz de Colombia.

Esta muerte coincide con la celebración en Cartagena de Indias (Colombia) de la primera reunión latinoamericana de la ‘Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible’ para promocionar los monocultivos de palma aceitera. Es su lavado verde. Tratan así de mejorar la mala imagen cosechada en los numerosos países donde están acabando con pueblos y bosques enteros como Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Camerún, Uganda, Costa de Marfil, Camboya y Tailandia, así como en Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Guatemala, México, Nicaragua y Costa Rica.

Toda esta preocupante información me tiene desbordado. ¿Se te había ocurrido alguna vez que el aceite donde se fríen las patatas del menú de un restaurante cualquiera puede llevar aparejado tanto sufrimiento, tanta destrucción, tanta bellaquería? ¿Podremos alguna vez parar todo este sinsentido?